YO PECADOR
Yo confieso ante Dios Todopoderoso,
y ante ustedes hermanos que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén.
Hablamos específicamente de la oración “El Yo Pecador y el Yo confieso” que expresa la culpa o el arrepentimiento que tenemos por los pecados que hemos realizado.
Reconocer nuestros pecados es un paso fundamental para lograr que estos sean perdonados. Debe hacerse de una manera sincera, con ánimo de no volver a repetirlos. Yo confieso es una oración cuyo objetivo es el arrepentimiento ante Dios de nuestras malas acciones. Su grandeza y carácter bondadoso nos obsequiarán entonces con el perdón.
Como ya hemos comentado, el objetivo de esta plegaria es el arrepentimiento sincero de los pecados cometidos. Nosotros somos los culpables de nuestros actos y debemos responder de ellos ante Dios. Por este motivo repetimos: por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa.
Supone un gesto de dolor así como de penitencia frente al pecado. Este gesto de penitencia aparece también en Las Escrituras, como en Jer. 31:19, cuando dice “… siempre que me redimo… golpeo mi pecho”.
La clave de esta oración es el arrepentimiento y la mejora. Aspirar a no volver a actuar de manera incorrecta, contraria a los deseos de Dios Nuestro Señor. De nada sirve que nos arrepintamos de palabra pero con la idea de volver a actuar mal cuando nos surja la ocasión.
Dios sabe perfectamente qué pensamos en cada momento y si nuestra motivación es sincera. Cuando ésta lo es nuestros pecados serán perdonados instantáneamente y nos reconciliaremos con la iglesia.
Yo confieso es una oración de contrición sincera en la que el espíritu de los fieles se sanea y consiguen así una mayor cercanía a Dios.
Yo confieso es una oración que forma parte fija de la administración del sacramento de la comunión.
¿De donde se origino?.
El uso de esta plegaria que originalmente se recitaba en latín, tiene lugar durante la misa. Mediante este acto de confesión de los pecados los fieles liberan su espíritu de una pesada carga. Una vez saneado disfrutan del perdón de Dios y su amor eterno.
Es una oración plenamente Católica. En latín es conocida también como el Confiteor en la religión católica, en la cual el sujeto que dice la oración ejecuta el acto de confesión de los pecados o acto penitencial ante Dios, y pide la conciliación por su alma.
¿En que momento se dice esta oración?
El Confiteor se dice, al empezar la Misa, dos veces: primero por el sacerdote y luego por los ministros o los feligreses.
Otro momento en se presenta esta oración es para algunos feligreses una costumbre, la cual no es obligatorio para todos, el volver a rezar el Confiteor mientras el sacerdote comulga del Cáliz.
En las misas cantadas no se acostumbra a rezar el yo pecador o yo confesor, ya que en el coro se encarga de entonar el mea culpa. También es llamado el “entonar el mea culpa”, ya que la persona que lo dice golpea su pecho tres veces, como un acto del dolor y penitencia ante el pecado.
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